Los recuerdos hacen parte de nuestros días, de nuestras vidas,
pues cada uno es una realidad que vive en algún punto dimensional, son
luceritos que no se apagaram jamás, pedacitos de nuestra alma y ella es
inmortal.
Los recuerdos son cuentas de un rosario de gratitud y buena
lembranza u entonces suelen ser también la certeza de lo que ya no queremos más para nuestras vidas, pero de todo, son experiencias que el porvenir acalla en sus mistérios.